Crónica del concurso de
Silvia Lago Martínez
Metodología de la
Investigación I, II y III.
Retrospectiva del concurso:
larga lista de irregularidades
Durante veinte años la Carrera de Sociología no llamó los
concursos de los cargos de profesor/a adjunto/a en las asignaturas
Metodología de la Investigación I, II y III. En todos estos años
varios colegas se jubilaron o renunciaron y recién el año pasado
(2015) se concursaron dos cargos de profesores interinos cuando
debiéramos contar con una planta de al menos seis profesores/as
adjuntos/as regulares entre las dos cátedras de Metodología.
En este marco el día 7 de abril pasado concursé el cargo de
adjunta que sostengo desde hace veinte años como interina. Este
fue desempeñado como ad honorem subrogando el cargo de JTP durante
años. No soy la única que desempeña su función en estas
condiciones, otras/os compañeras/os de la cátedra pasan por la
misma situación.
En el año 2007 se inicia el proceso del concurso que nos ocupa pero
se convoca en el año 2008, ¿por qué razón solo se llama mi cargo
y no todos los cargos de profesores interinos de las asignaturas?, lo
desconozco, pero obviamente en este contexto se postulan nueve
aspirantes, en una feroz pelea que enfrenta a los docentes entre sí
por un cargo regular. Cabe aclarar que mis compañeras y compañeros
de la cátedra Cohen no se presentaron a éste concurso atendiendo a
la ética básica del quehacer universitario, se trata del cargo
de una compañera.
Posteriormente se propone el jurado que obraría en el concurso de mi
cargo, ante mi sorpresa la mayoría de los miembros del jurado no
sólo no pertenecen al campo disciplinar de la sociología, sino que
además no imparten clases metodología para estudiantes de
sociología. Se hace evidente no hubo debate acerca de la pertinencia
de los miembros del jurado, o en el mejor de los casos un análisis
detallado de sus antecedentes
Este jurado fue parcialmente recusado por mi, a pesar de que todo
indica de que no es la mejor situación para el futuro concurso (como
efectivamente ocurrió) pero ¿hasta que límite debemos tolerar este
maltrato?, ¿debemos aceptar ser evaluados por jurados ajenos al
campo de la disciplina y especialmente del dictado de la materia en
concurso y sus destinatarios, en este caso estudiantes de sociología?
(Ver Recusación).
Contexto del Concurso
El concurso se convocó para los días 7 y 8 de abril pasado, pero se
modificó sobre la marcha puesto que el número de concursantes se
redujo de nueve a seis personas, de tal forma que en el primer día
todos los aspirantes realizamos la prueba de oposición.
¿Porque menciono sólo la prueba de oposición? porque si bien los
aspirantes deben ser entrevistados personalmente por el Jurado (de
acuerdo a lo que indica el artículo 34 del Reglamento para la
Provisión de Cargos de Profesores Regulares) en mi caso la
entrevista consistió en una ampliación de la clase puesto que se me
consultó sobre contenidos de la misma, ésta vez sin público
que se retiró a pedido del Jurado.
Los puntos que deben considerarse al momento de la entrevista, de
acuerdo al citado reglamento, son de capital
importancia para dar a conocer la experiencia en el dictado, el
conocimiento de los contenidos específicos de la materia y su
inserción en la currícula de la carrera, aspectos que asumen un
valor decisivo para la continuidad en la labor docente como profesora
regular, trabajando con el profesor titular y con el equipo de
docentes de las tres metodologías.
El viernes 8, con la presencia de los veedores el jurado se dedicó
al análisis de la documentación presentada por los aspirantes junto
con las actualizaciones que se entregaron el día jueves, todas éstas
muy extensas dado que correspondían a la producción de seis
aspirantes desde el año 2008. De manera que el análisis de los
antecedentes, el establecimiento del orden de mérito y la redacción
del dictamen final se realizó en un sólo día, lo que parece
insuficiente si se considera que el expediente contaba con
aproximadamente 300 folios, a los que se sumaron otros tantos de
actualización, totalizando más de 500 folios en tres tomos del
citado expediente.
Luego de tan apurada tarea el jurado elaboró un dictamen unánime,
sin embargo sobre el orden de mérito hubo diferentes puntos de
vista. Como señala el veedor estudiante y subyace en el dictamen,
las controversias se produjeron entre los jurados Balsa y Pano (que
no provienen del campo disciplinar de la sociología) y la jurado
Escolar (socióloga que dicta clases de metodología para estudiantes
de Geografía) en varios aspectos, el más sobresaliente fue sobre
cómo ponderar los antecedentes en la investigación de cada
aspirante. El jurado Balsa postulaba que aquellos que provenían
del CONICET tenían más valor que los de la UBA, como Escolar se
opuso, Balsa no alcanzó su objetivo. (Ver Informe veedor
estudiante)
Dictamen del jurado
De la lectura del dictamen no surge el orden de mérito que el Jurado
propone. Los planes de investigación, de labor docente y de
extensión universitaria no fueron evaluados, en los dos primeros
casos se utiliza la misma frase para describir el trabajo de todos
los aspirantes y en el último no está siquiera mencionado. Por
otra parte tampoco se evaluaron las contribuciones realizadas en el
marco de la labor docente en las asignaturas específicas que se
concursaron.
De ésta forma el jurado relega mi trayectoria en
la producción específica para el dictado de la asignatura y en la
articulación del trabajo docente con la investigación en el
desarrollo de las asignaturas en cuestión. Es decir todo aquello que
revelaba mi trabajo en el Cátedra cuyo cargo se concursó no fue
valorado, ni siquiera tenido en cuenta.
Los antecedentes docentes fueron evaluados de manera errónea para
las aspirantes Di Virgilio y Navarro, justamente primera y segunda
respectivamente en el orden de mérito. A ambas postulantes se les
asignó puntajes como profesoras regulares en cargos de titular en la
UBA y adjunta en la Universidad Nacional de Mar del Plata, cuando no
lo son. Por esta razón he solicitado
al Decano de la Facultad de Ciencias Sociales, profesor Glenn
POSTOLSKI, que informe sobre
la situación de revista de ambas profesoras y
los números de resolución de los cargos expedidos por los
respectivos consejos superiores de la UBA y de la UNMDP, pedido aún
sin respuesta. (Ver Pedido informes Decano)
Al evaluar mis antecedentes en la docencia de
grado, el dictamen del jurado desprecia mi la larga trayectoria como
profesora interina en la asignatura en concurso. Además ignora el
cargo actual de Profesora Adjunta interina (sin titular) que poseo en
la Carrera de Sociología y los cargos anteriores en
Seminarios de Investigación directamente relacionados con la
temática de investigación que desarrollo en la UBA. En
lo que hace a la evaluación de antecedentes en trabajos científicos
y publicaciones,
el dictamen minimiza mi extensa trayectoria en investigación social.
Omite señalar que he dirigido de manera continua proyectos de
investigación acreditados por la Universidad de Buenos Aires desde
el año 1998, que en el marco de los mismos se desarrollan (y
desarrollaron) varias becas de maestría y doctorado, que dirijo
varias tesis de maestría y obro como consejera de estudio de tesis
doctoral, que he obrado como jurado en la defensa de tesis de
maestría y evaluadora de planes de trabajo de tesis, de ingreso a
carrera de investigador científicos, entre otros antecedentes (Ver
Impugnación).
Las publicaciones son mencionadas de manera muy
general, se excluye toda consideración respecto de la pertinencia de
los temas abordados en las producciones de cada postulante en
relación con la materia objeto del concurso y de la especialidad en
la investigación, ni siquiera son cuantificadas las publicaciones de
cada aspirante.
La clase de oposición
La evaluación de la clase de oposición merece un capítulo aparte.
La evaluación de mi clase fue tan dispar que la profesora Escolar la
valoró con un 9 (nueve) y el jurado Balsa (el mismo que recusé
oportunamente) con un 5 (cinco). Por otra parte, en
el caso de la profesora Di Virgilio, que ocupa el primer lugar en el
orden de mérito, el jurado señala en el dictamen que: “La
clase fue bien sistematizada y procuró simular una situación
comunicacional interactiva con los estudiantes. Sin embargo, la
exposición fue algo monótona, abstracta y con pocas
ejemplificaciones. Su ritmo de habla fue demasiado veloz, y no
administró adecuadamente el tiempo de la exposición”. Esto
revela que la ponderación que se asignó a la clase en el total de
la evaluación fue muy baja y conlleva la pregunta ¿se trata de la
evaluación de un concurso de profesor de la Universidad de Buenos
Aires?
Un docente se forma para enseñar, y lo hace de dos formas
complementarias, una es mediante la capacitación académica
específica en el área didáctica pedagógica a la cual se dedica, y
otra es al calor del dictado de cursos, preparación de clases y
materiales, dialogando y acordando con un equipo de cátedra. No es
lo mismo formarse como científico social que ser formador de
sociólogos porque las finalidades son distintas.
En cuanto a la valoración de mi exposición, el
Jurado comenta: “Su exposición fue
didáctica, clara y ágil, aunque sin profundizar sobre los aspectos
epistemológicos ineludibles en la temática escogida.”
Cabe aclarar que la clase presentada corresponde a la primera Unidad
de Metodología de la Investigación I de la asignatura en concurso,
de manera que los contenidos de mi exposición estuvieron
ceñidos a la primera clase teórica que se dicta a los estudiantes
de sociología al iniciar su tránsito por la metodología de la
investigación, utilizando para ello la bibliografía de la cátedra.
De manera que entiendo que la evaluación no sólo
establece una crítica a mi clase sino también a los contenidos de
la asignatura. Por otra parte, el Jurado parece ignorar que en el
Plan de Estudios de la Carrera de Sociología la materia
Epistemología Social antecede a las asignaturas Metodología de la
Investigación I, II y III, la cual deben aprobar necesariamente los
alumnos antes de cursar Metodología.
Por
último
Lo que sucede con el concurso de Metodología de la Investigación I,
II y III no es un caso aislado, esto viene ocurriendo en la Facultad
de Ciencias Sociales desde hace tiempo. Se inscribe en el desarrollo
de una política de concursos basada en mediciones y cuantificación
de titulaciones y acreditaciones, realizando las evaluaciones con los
parámetros del CONICET, como si se tratara de evaluar el ingreso a
la carrera de investigador científico de ésta institución y no de
un cargo de profesor de la Universidad de Buenos Aires. De esta forma
se desprecia la trayectoria de quienes sostenemos durante años el
dictado, funcionamiento y desarrollo de las cátedras y de las
investigaciones vinculadas a ellas y que venimos padeciendo un
permanente maltrato institucional que se corona con ésta última
acción, la expulsión del cargo que se detenta.
Silvia Lago Martínez
Profesora Adjunta interina de Metodología I, II, III, Carrera de Sociología
Profesora Adjunta regular de Técnicas de Investigación Social, Carrera de Ciencia Política
Profesora Adjunta interina de Metodología I, II, III, Carrera de Sociología
Profesora Adjunta regular de Técnicas de Investigación Social, Carrera de Ciencia Política
Profesora Adjunta interina de la Sociología especial Internet
y Sociedad: comunicación y cultura digital, Carrera de
Sociología
Investigadora del Instituto Gino Germani
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